PAQUITA


Esta pobre perrita llegó muy asustada. Ella no confíaba nada en las personas. Ni siquiera permitía que la tocáramos.

Sin embargo, con el tiempo, se fue haciendo a nosotras y fue perdiendo el miedo.


Pero ella no llegó solo con miedo, también llegó muy desnutrida. Había pasado mucho tiempo cerca del Hospital Tierra de Barros, en Almendralejo, un hospital ubicado en medio del campo. Muchas personas nos llamaron informando de que ella estaba por allí, suplicando comida a la gente que pasaba. Debido al miedo que tenía, nos costo cogerla, pero al final lo conseguimos.

Ella resultó ser una perrita fuerte, a pesar de ser pequeña, y se recuperó muy bien. Puso peso enseguida. 


En cuanto al miedo que traía, podemos imaginar cual era el motivo. Ella fue maltratada en el pasado. Sólo hay que ver sus orejas para saber que no tuvo un buen dueño. Probablemente, fue utilizada para la caza y las orejas estorbaban para poder entrar en las camas de liebres y conejos o podían suponer un impedimento a la hora de correr por el campo y engancharse entre la vegetación. 

Sin embargo, sus orejas no han sido cortadas de modo profesional. Probablemente su dueño lo hizo por sí mismo, con una tijera cualquiera y, por supuesto, ni hablar de anestesia. No queremos ni imaginar cuanto dolor supuso ésto para la perra.

Sin embargo, ella es una perra nueva. Ella se ha recuperado, mental y físicamente. Ahora necesita una nueva oportunidad para mostrar todo lo que lleva en su interior.
 

Por favor, darle una oportunidad. Ella os necesita. Nosotras también.

GRACIAS

RECAL

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